PROFESOR.-Bueno, ya sabéis el dicho: quien mucho abarca...
(Silencio sepulcral en el aula)
PROFESOR.-Quien mucho abarca...
De nuevo, silencio sepulcral. Tras unos instantes, una voz débil y temerosa llega desde la esquina de la penúltima fila...
ALUMNA X.-¿Poco aprieta?
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