Érase una excursión

Como les decía en el anterior post, ayer tuvimos excursión... y por supuesto, ésta no pudo transcurrir sin ningún hecho remarcable. Cómo va a poder una excursión a las alcantarillas suceder sin ningún hecho remarcable.
Sí, han leído bien. El profesor de geografía tuvo la fantástica, original y educativa idea de llevar a los niños chicos a visitar las alcantarillas.

El sector femenino del alumnado puso el grito en el cielo al instante: ¡¡¡HABRÁN RATAAAS!!! ¡¡¡QUÉ ASCOOOOOO!!!

- Tía, -le decía una alumna a otra- que he escuchado que ahí hay cocodrilos...
- ¿¡Qué dices, tíaaa!?
- Sí, sí, que me lo han dicho, tía. Que la gente los compra de pequeños y luego los tira por el váter. Tía, qué asco. Vaya miedo. Me han dicho que son cocodrilos blancos y que son ciegos, tía. De verdad te digo ¿eh? que yo no sé cómo nos pueden llevar ahí. QUÉ asco.

Ehhhm vale, sin comentarios.

El alumnado en general creía que los del Social iban a ser llevados al escenario de las Tortugas Ninja. De hecho, estaba empezando a correr la siguiente bromita:

- ¿Quiénes van a las alcantarillas?
- ¡Los del "suciaaaal"!

Pero nada más lejos de la realidad. Fueron al subsuelo, sí. Pero a una planta de recogida de lluvias.

¿Animalitos? Pues sí, una rata que se asustó más de los alumnos que los alumnos de la rata. Muchos se pusieron a gritar.

No, no, cocodrilos no vimos (sí, sí. Ya sé. Un poco raro que no encontráramos ninguno. Pero mira... estarían durmiendo).

De lo mejor de la excursión fue cuando un alumn@ se acercó al profesor de geografía y le dijo:

- Yo pensaba que en las alcantarillas vivía gente. Gente pobre.